Finalmente, y como era de esperar, Madrid no pudo con Río de Janeiro. Una vez superado el golpe, hay que mirar al futuro. Y con la elección, se abre una puerta para el fútbol sala. Río de Janeiro 2016 puede servir para que el fútbol sala sea olímpico.
Chicago, Tokio, Madrid y Río de Janeiro competían hoy en Copenhague por ser sede olímpica para el año 2016. En la primera votación, Chicago, pese a Obama, se quedaba fuera. Después era Tokio, así que la final quedaba servida, Madrid-Río.
Se cumplieron los pronósticos y Río de Janeiro, con 66 votos frente a los 32 para Madrid, se llevó el gato al agua. Desde el punto de vista del fútbol sala, se abre una nueva puerta. En España, no hay un movimiento serio que busque que el fútbol sala sea olímpico, en Brasil sí. De hecho, el propio presidente de la Federación de Fútbol brasileña, ni más ni menos, pidió publicamente tras el pasado Mundial cerebrado en su país hace un año, que el fútbol sala sustituyera al fútbol en los Juegos Olímpicos.
De aquí a 2016, Río de Janeiro se convertirá en una de las principales capitales deportivas del Mundo, e incluso entre 2012 y 2016 será la absoluta capital olímpica mundial. El fútbol sala tiene estos años una ocasión histórica para convertirse, con toda justicia, y pese a las trabas de la propia FIFA, en deporte olímpico. Sería de esperar que el olimpismo español, una vez digerido el varapalo de hoy, y todo el fútbol sala en sólida unidad, se volcaran con la posibilidad, pero parece una utopía.
Más realista parece pensar que Brasil consiga que el fútbol sala sea olímpico. Incluso, existe la posibilidad de que en 2016, en Río, el fútbol sala sea deporte olímpico como invitado. Sólo es una posibilidad, pero más segura es la oportunidad que se abre para más adelante, en base al esfuerzo que va a hacer todo el fútbol sala brasileño, y allí sí, con apoyo institucional, para que el futsal sea deporte de los Juegos Olímpicos de verano.
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